Aprendí en mis días.
Que nadie es indispensable…no mires mas allá.
Todavía hay gentes que mueren de amor, como hay árboles que mueren de pie.
Hay muchas muertes, pero aún más vidas.
Bellos libros, de poesías encendidas.
Los corazones perdidos en laberintos de besos y flores.
Las almas presas de sueños y caricias, seguirán existiendo, seguirán…
No tiene buena prensa, no tiene buena fama.
Andar hablando de muertos en vida, pletóricos de tristezas bajo el saco.
Rellenos los bolsillos de besos no dados y de copulas no vividas.
Empachados de abrazos tendidos al aire, sin destino.
Esos muertos en vida, que van por ahí, solo recobraran su brillo, su sentido.
Si encuentran para todo eso que llena sus bolsillos y congela su alma,
un principio infinito, un eterno comienzo, volando a su ventana,
perdidos en sus ojos, dormidos en su abrazo.
Aprendí en mi vida, finalmente aprendí…
J.Z.- Mayo 2010
miércoles, 9 de junio de 2010
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