lunes, 4 de febrero de 2019

UNA NOCHE capitulo II

Siguieron con la rutina , de  “cruzarse”  en  el  charter. Durante   varias semanas. Las charlas fueron  variando  de  temas  e intereses, se fueron descubriendo  y colonizando.
Una tarde, Marcos  le hizo  una pregunta  inesperada  o  quizás   era  mas esperada  que sorpresiva.
- Que pasa si  perdes  el charter  hoy….tenes donde  quedarte  a dormir ?
-Se preocuparían si no  llego,  pero…..si los llamo  y les aviso que perdi el charter, podría  decir que me quedo en lo  de Natalia,  una amiga del laburo. Afirmo Ana, bajando la mirada  con pudor, sabia  adonde  conducia  la pregunta  de  Marcos  y su respuesta.  Ambos   comenzaron a caminar  por la vereda,  en silencio  hacia ningún lado, solo caminaban.  Por varias cuadras  ,solo se sonrieron  entre timidos y complices.
El primero en  romper  ese estado  de  mutismo nervioso   e incomodo, fue Marcos.
-Quiero que pasemos juntos esta noche.
-Como harás con tu  familia  que excusa  pondrás.
-Les  dire  que  me  quedo a  dormir  en un hotel del centro , por que terminare muy tarde  el inventario,  les diré  que la empresa me paga el hotel para que mañana  pueda  empezar mas temprano y asi terminarlo para  el mediodía.
-Quiero  pasar esta noche con vos.
Asi  de  simple  fue  la propuesta y  la aceptación de la misma. Siguieron caminando  nerviosos por un par de cuadras  más. Súbitamente  como  si hubiera sido un movimiento acordado.  Dejaron de caminar.  Se miraron  y en unos 15segundos  ,ni respiraron. En el  segundo 16, Marcos la tomo por la cintura y sin ningún pudor  ni  temor, la beso  por un largo minuto  que parecio solo un segundo. Ella  devolvió el beso  con una pasión  que  ni ella sabía  donde  estaba  escondida. Jadearon,  temblaron estremecidos por  el beso y por  tomar conciencia  del cuerpo  del otro . Latian incandescentes   los dos cuerpos. Activados,  hiperestimulados. El beso se convirtió en un abrazo desesperado y una  agonia  de  placer  y  miedo.
          
 -Busquemos  un lugar…..mi  hermano  esta de vacaciones. Vuelve en 15 dias, me dejo la llave  para que le cuide  los  peces y una gata  vieja que  tiene en su depto.
- Dale , contesto  Ana,  atribulada,sonrojada  y sobre toda  absolutamente  excitada.
El departamento  estaba  a  solo unas pocas cuadras  de  donde  se encontraban.   Ni una palabra   se dijeron  durante esas cuadras, sabían que estaban por cruzar un umbral  de una experiencia  inolvidable. Que perduraría para siempre , en sus mentes, sin importar que caminos  finalmente  eligieran. 
- Pasá , ponete cómoda…ya vengo le dijo  Marcos  y desapareció por una puerta.
Ana se quedó sola, frente a un amplio ventanal de un piso 14.  Las luces de la ciudad  comenzaban a poblar  una  noche  incipiente que  forcejeaba  con las ultimas luces de una tarde  que se resistía  a  retirarse.  Se pudo ver reflejada en la ventana.  Aun su figura se reflejaba difusa por que las sombras todavía no eran totales. Esa imagen, la sumió en un estado semi hipnótico, de una poderosa sensación de libertad. Se miró y trato de imaginar la mirada de Marcos sobre ella. Desprendió los tres primeros botones de la camisa. Se saco la camisa de la pollera ¾   azul   del uniforme del trabajo que aun llevaba. Se soltó el pelo, percibió su  respiración  agitada  y su  tensión  en  el vientre…se percibió excitada.
Disfrutó la sensación. Marcos no volvía y comenzó a inquietarse, su necesidad instintiva, animal por el crecía.  Se quitó la sandalias y bajó el cierre de  la pollera. La dejo caer, deslizándose por sus piernas blancas y curvilíneas. camino solo un paso y la dejo hecha un bollo en el piso. Marcos seguía sin aparecer.  Ya su deseo la ahogaba. Se desprendió todos los botones. Y pensó que ese corpiño le daba un volumen muy provocativo a sus pechos. Sintió sus pezones entumecerse, podía sentir la tela suave de  su camisa  pese  al corpiño. Volvió a mirarse en la ventana, que ya le devolvía casi una imagen especular, la sombras de la noche habían ganado la batalla, ya era de noche. Se excitó un poco mas al verse así. Descalza, las piernas desnudas, la tanga blanca y la camisa desabrochada dejando ver su corpiño con broderie blanco y a medida que su excitación crecía, cada prenda le pesaba horrores. En un gesto automático se desprendió  el corpiño  y se quito la camisa y el corpiño,  se observo desnuda, vulnerable , le pareció  demasiado, nunca habían estado  desnudos. Tomo conciencia que se había dejado llevar por su deseo.  Se volvió a poner la camisa, y se abrocho dos botones.
¡Lo llamó…-Marcos!
Marcos apareció, con el torso desnudo, descalzo y con dos copas y una botella de vino.
-          Pensé que no me ibas a llamar más.  Te vi absorta en la ventana, estas tan linda que no quise hacer ruido me quedé mirándote. Porque te volviste a poner la camisa?, estas divina desnuda, tus pechos son…perfectos.
Y dio dos pasos hacia ella. La tensión se sentía en el aire. Se deseaban casi con desesperación, pero ambos demoraban el dejarse ir, el abandonarse al deseo , como conscientes que cada segundo postergado  haría   mucho mas placentero el primer contacto.
Ella  dió dos pasos también y quedaron a  solo unos  centímetros,  se miraron a los ojos, sonrieron y los últimos vestigios de pudor y auto control se esfumaron  con un roce de cuerpos , de piel y besos , de  suspiros y  gemidos  mudos.  La camisa de Ana se resistió a abandonarla se enganchó un ojal en la cadena que colgaba de su cuello. El pantalón de Marcos se enredó en un pie y trastabillando   la abrazó y cayeron riendo en el sillón. Siguieron besos   de todo tipo. Desde dulces, de una ternura infinita, rozándose los labios a voluptuosos besos   llenos de saliva  y lenguas  enredadas. Solo detenían los besos para respirar y a veces no tanto. Se desnudaron como pudieron, el a ella, ella a él. En el sillón, desnudos. Se nombraron de mil maneras distintas. El con una erección poderosa, la penetro, suave en un primer instante. Al siguiente, empujó con desconsiderada   fuerza, ella gimió de placer y el supo que  así  le gustaba a ella. No se detuvo. Alcanzo a escuchar un…” más, dame más,” que lo convirtió en un animal salvaje, comenzó a gruñir y gemir mientras repetía desesperadamente el movimiento  con un ritmo desenfrenado. Podía sentir entre tanta locura, su tibieza, su humedad  y su  cuerpo  que se  ceñía  en él,  “Así,Así ,, repitió  casi  guturalmente…..al compas de los cuerpos  que describían una melodía  inconfundible. El cuarto se lleno de aroma  a  cuerpos sudados ,  y a sexo…. Casi al unisono, gritaron, gimieron casi lloraron. Casi en el mismo instante los dos se abandonaron a un abrazo agitado y sudoroso, abundante en sonrisas cómplices y admiradas de lo que acababa  de pasar. “Quedate en mi”, le rogó ella y el obedeció sintiendo ese momento y el éxtasis lo inundó. Se quedo asi hasta dormirse entre sus brazos. Ella  se quedo velando  ese  rato en el que  se durmió en sus brazos sintiendo  contracciones de placer  y  sin pensar en nada. Solo  disfrutando de ese instante.
A  la mitad de la noche.  Marcos  se despertó,  en los brazos  de  Ana dormida. Casi con la agilidad de  un gato, se desprendio de su abrazo, la alzó  y la llevó a la cama. La depositó con  sumo cuidado para que no se despierte y se  acostó a su lado. No volvieron  a  hacer el amor esa noche. Por la mañana, mientras el tomaba un baño ella  preparó el desayuno para dos. Tomaron  el desayuno casi en siencio, la incomodidad  del dia después se  abatia sobre los amantes.  Se dieron un beso en la vereda  y cada uno volvió  a su trabajo.  Esa tarde  Marcos  la espero en la parada del charter, pero Ana no  tomo esa tarde  el transporte.
Marcos, esa noche volvió a su casa con otra cara. Sus ojos guardaban otro brillo y ella lo supo en el primer instante.  Nada dijo, nada, pero todo supo en ese instante. Al cabo de unos meses, Marcos le dijo casi sin mirarla. ME VOY. Ella supo que ya se había ido hacía ya mucho tiempo, solo era un formulismo, era solo certificar la partida con un grito o un golpe. Y solo pudo llorar. Sin decir nada, ni siquiera pudo gritarle que ya sabía, que era solo cuestión de tiempo simplemente lo dejo ir…
Por muchas semanas, Marcos espero a Ana, en la parada del charter sin éxito.  Después de un tiempo comprendió que quizás había sido una noche mágica que no tendría segunda versión.  Y finalmente una tarde ya no la busco mas con la mirada, ni espero verla llegar apurada a la parada. Nunca supo nada de ella.hasta que un amigo común  del barrio le comentó  que Ana había  terminado una relación  que tenía y se había mudado  a Rosario a la casa de unos parientes. Que vivían a pocas cuadras del monumento a la bandera. En la calle Mendoza.
Una tarde de sábado, pocos días después de enterarse del cambio de hogar de Ana, lo encontró  en la terminal de Retiro tomando un bus a Rosario…
   J.J.Z  2018-2019

UNA NOCHE -capitulo I


No  sería esa mañana una mañana más, lo podía sentir en su  piel, sin embargo  no encontraba razón para que así fuera.   Sus días en su  matrimonio ya flotaban en una insoportable rutina.  Esas aguas, en las que navegaban  no eran cosa reciente, hacía ya mucho tiempo que las primeras señales se instalaban sigilosas.
El desayuno casi en silencio, hablando con sus hijos de cosas menores, sintiendo el desinterés  en  su   alma. La rutina matutina,  caminar hasta  la parada.  Esperar el  colectivo, programando su labor cotidiana. Se vio alterada por una  aparición inesperada.  Una bella mujer  de una tez increíblemente blanca, ojos  de una expresividad  deslumbrante,  rasgos perfectos.   Su mirada  sin  poder impedirlo, la buscaba. Se acercó caminando hacia donde él estaba  parado, con gesto de esperar al colectivo.  Rápidamente todo  su ser  se sintió afectado. Se perdió  la lista de cosas  que tenía pensada para ese día. Desaparecieron los argumentos a esgrimir con  él responsable de su área, con los cuales sostener su  reclamo de mejoras en sus horarios. Todo desapareció, cuando sintió la mirada de esa mujer extraña. Se dio cuenta de cuánto quería establecer una conexión con ella. No era un galán, ni un hábil conquistador, sin embargo tenía que intentar tender un puente hacia esa  promesa de  ilusiones.
-Qué tal?  Será un día mortal hoy. Dijo con su mejor sonrisa.
-Si. Le contesto ella con ternura  y una  genuina timidez. Bajó su mirada y él pensó que caería al suelo, por el vértigo que provoco ese mínimo monosílabo, sin sabor, ni  color, pero que sugería  la espera de otra pregunta, invitaba a seguir la charla.
-Nunca la he visto  por acá, es nueva en el barrio? Le dijo sin pensar, con verdadero interés…
-Hace  ya  un mes que me mudé a acá nomás, a media cuadra de aquí. Lo veo a usted  todas las mañanas esperando el colectivo. Lo veo desde mi ventana. Es más, ya es mi referencia. Cada  día,  cuando lo veo parado aquí esperando el colectivo, se que son las 8:30 de la mañana. Siempre a la misma hora con una exacta puntualidad.
Esa confesión de la dama, le provoco una sensación desconocida o al menos ya olvidada.
-Bueno, usted me halaga. Haber puesto en mi su atención. Puedo preguntarle su nombre?
-Ana. Al decir su nombre, lo miró por un instante casi un breve instante pero  inmenso en  su relativo registro del tiempo.  
-Ana….., tan  bello como breve, le queda bien a usted ese nombre.

La llegada del colectivo,  interrumpió  la extraña  atmosfera que se había creado entre ambos.
Ya en el colectivo, la conversación derivó hacia temas nada trascendentes, pero que sirvieron para despejar el puente por el que pasarían,  en posteriores charlas,  muchas otras sensaciones.
-Acá me bajo yo, dijo él con desilusión verdadera.
Cuando ya se descolgaba del colectivo ,ella le gritó  -No sé tu nombre..!!
Casi  gritando,  le contestó -Marcos, fue un placer!
Ahora mientras corría al banco, el recuerdo  de Ana, le provocaba  vértigo y hasta quizás miedo….
Al  llegar  a la mesa de negocios, donde  todas las jornadas  trataba de lograr las mejores combinaciones  entre   compras y ventas ,  para sus asesorados y clientes, que operaban en esa mesa  a través suyo y le dejaban suculentas  atenciones,  en relación directa a lo acertado de sus decisiones. Había aprendido a decidir rápido. Su intuición era  casi perfecta, rara vez,  con  tan poca información  alguien había tomado tantas y tan buenas decisiones.  El había aprendido a “ mirar” con gran intensidad las señales del mercado y con brevísimas  señales el ya sabía donde dar los primeros pasos  y el resto era solo velocidad de reacción ante los cambios. Era un hombre de una inteligencia intuitiva  sorprendente, tanto que aún él se sorprendía de ella.
Ese intenso  acto  continuo, de  profunda empatía con  el mercado, hacía que el tiempo volara  y los días transcurrieran con una  rápida inmediatez. Un negocio atrás del otro, y sus inesperados desafíos en cada uno, lo mantenían  en vilo, al filo del pánico y la euforia.
 Sería por eso que la rutinaria y  poco  cambiante  realidad  de su matrimonio lo ahogaban  y le quitaban  vida a su amor.
Al cabo de ese día, volvía  caminando, sintiendo  el desgaste y el agotamiento,  tan placentero como la sensación después de una  buena  maratón  corrida, el trabajo realizado, el  objetivo cumplido…
 Al caminar hacia a la parada del  chárter, la vio  parada  al pie del cartel, como esperándolo.  Su corazón  parecía salírsele del pecho, durante esos metros que caminó simulando no  haberla visto, tuvo una intuición que no pudo evitar…  al llegar  con medida sorpresa  simulada, le dijo….-Hola!  Que  agradable encontrarla,  usted por acá…. Nunca la vi a usted  tomando el chárter’’.
 -Hay paro de colectivos. Mi amiga me dijo que acá salía todas las tardes un chárter para  nuestro barrio. No lo sabía, ahora me verá más seguido’’, le contestó ella con  una seductora  sonrisa, nada sutil.
Benditos sean los reclamos de los trabajadores, dijo con un simpático gesto, que provoco en ella una breve risa , sonó  a sus oídos como  una cascadas  de estrellas….
Y así volvieron a su barrio esa tarde, rieron varias veces, incluso hasta  perder  la vergüenza. Eran dos almas que se encontraban  de la nada,  pero parecían tan iguales  que cualquiera que los hubiese  visto  juntos  hubiera dicho…..``que lindo, esos  dos   se quieren,….así como yo quisiera…


De Sueños , Sabios y Consejos.


Vuelan alto los sueños no nacidos.
Siguen su estela las miradas mudas
y esperan  su caída las febriles conciencias,
que  anuncian antes del vuelo,
que no  valen los sueños, el calor de un abrazo. 

Quienes abrazan con vehemencia,   
la sensatez de lo correcto.
Quienes promueven incansables,
la desilusion de lo imposible.
Ruegan por un sueño en sus amaneceres.

Cuantos  sueños en mis despertares,
se niegan a ser recordados.
Se resisten a perder su anonimato.
Quizás por que en mis noches sin memoria,
habitan  aquellos sueños nonatos.

En ellos cobra vida,
lo añorado , lo perdido
o acaso jamás hallado.
Estremecen a la conciencia,
Y a la voluntad sojuzgan.

Si exisitiera un consejo sabio.
O si un sabio aconsejara…
“No dejes ni un sueño sin dar vida.
No habites pesadillas que no inquieten
Ni  ames sin amor.
Mucho menos olvides la pasión en un rincón”

Febrero 2019 - JZ

viernes, 25 de enero de 2019

Teresa de Caballas


Aclaraba  con  lentitud  el día, o  se  apagaba  la noche  sin apuro. La mujer, como todas las mañanas, deslizo el cepillo por su ondulada y rebelde cabellera caoba, que  bañaba  un par de hombros  delicadamente redondeados, como si hubiera sido una escultura  veneciana.  Suspiró con intención de abarcar la imagen de  ese hombre  añorado que  desde hacia años le enviaba dos o tres hojas  repletas de líneas  de  cuidada caligrafía  y esmerada  verba, con admirable  puntualidad. Con cada misiva, la imagen de  Don Carlos, (así firmaba el  sus cartas desde  el continente…”Don Carlos”) llenaba  de ilusiones  el rostro y la mirada de esa dama.
 Cada  llegada  del “ Santa  Inés” al puerto de Caballas, era anunciada  por un estrepito de  pitidos, gritos y  ruedas  chirriando en el puerto  tratando de  ubicar  a sus  estibadores y anticipar la tarea de carga y descarga.
No menos  de una hora transcurría  desde que el  barco ataba  sus amuras  al muelle, para que el proceso laborioso de vaciar sus bodegas se iniciara. Llevaba  todo ese dia y  a veces  hasta dos días mas. Parecia que la vida en Caballas , transcurría  en ciclos  consecutivos . Que se cerraban e iniciaban con cada llegada del santa Ines a puerto. Los hombres de Caballas, habían llegado a  America con el único o al  menos el principal objetivo, de encontrar  la riqueza perdida en las penurias de las  interminables disputas ancestrales  entre  los  dispersos reinos castellanos y los temibles e inclaudicables  moros. Que con su sabia trascendencia y sus afiladas cimitarras disputaban  a palmos la tierra  que reclamaban como mora lo que castellanamente no les pertenecia. En consecuencia, su estadia en la ciudad  era casi nula. En cuanto se  hacían de algunos duros, volvían  febrilemente  a la selva y  a los  abominables senderos que  debian  llevarlos (según creían), hacia  benditos tesoros que justificarían  sus travesias.
En esa ciudad-pueblo  sin hombres  o con casi  la totalidad  de los varones en edad de ser deseados, sumergidos en sus sueños  de oro y tierras, mas alla de la barrera  de luampais,  especie  de arboles  que conformaban una verdadera  barrera  inexpugnable  de la civilización y  el nuevo continente, habitaba Teresa.  Su forma de ganarse la vida, a partir de la muerte de su marido en una trifulca con unos marineros holandeses de paso por un anoche, era  la  de  pasear su  belleza  opaca  pero  infinita  por los bares  ahitos de  marinos ebrios y plenos de apetitos que saciar. Siempre había un puñado de voluntarios a hacerle saber de los beneficios de su belleza.

Aquel dia, el proceso de descarga y carga del Santa Ines, terminó más temprano que de costumbre y  el segundo al mando  bajó a tierra,  pues  el dia o mejor dicho el  fin de ese dia se dejaba sentir con toda  la intensidad de la primavera que comenzaba a mutar en verano. Caminó sin rumbo, disfrutando del aire marino y del pintoresco paisaje urbano de Caballas. Un tibio sol claudicaba con  lentitud como no queriendo irse y con uno de sus últimos  destellos iluminó  el umbral donde  Teresa ,sentada esperaba  la nada, como todas las tardes, confiando en  la noche para  bienganarse unos  duros.
Carlos Zarate de  Valladolid,  no pudo quitar sus ojos de esa mujer, que en su quietud e indiferencia no podía  disminuir su belleza.  Se acerco con paso seguro y a un metro ,preguntó :
“Mi señora, que  afortunados son los habitantes de este puerto que todas las tardes  descansan su mirada en el umbral de su hogar” . Teresa, acostumbrada a las zalamerías de los marineros sedientos de todo, hasta de agua, le dedico una mirada sin entusiasmo. Pero  fue detener  su atención por un instante en la intensidad y  franqueza de ese hombre y  dijo su nombre  sin saberlo…”Carlos…” La sorpresa fue infinita  al escuchar su nombre  en labios de aquella desconocida. Pero ni por un instante se sintió incomodo, todo lo contrario, encantado sonrio con toda su cara y le dijo tibiamente…” Para servirle mi señora.:”
Toda esa noche Carlos naufrago gozoso   en el océano de sus sabanas. Recién por la mañana con las primeras luces  hizo pie en la costa, ya definitivamente  enamorado para siempre  de aquella  mujer  sin hombre. Tenia que partir a media mañana, con la marea alta y no tenia forma de demorar su partida. Le juró volver en el próximo viaje. Le juró volver para llevarla a su finca en Valladolid. Le juró hijos y mil atardeceres abrazados.
Los directivos de la  Compañía de María tenían otros planes para  Carlos Zarate  y  ni bien hizo puerto en los muelles de  San Sebastian pusieron a su mando un bergantín  recién  lanzado al agua, para que recorriera  la ruta  de  la seda  por las costas  thailandesas  hasta  la misma  china. Nunca mas pudo volver a Caballas pero su corazón y su promesas volaron con sus letras y sus deseos cada mes   hacia las manos de Teresa que con un resignado amor y venerable ilusión, leía cada línea  como si fueran sus manos las que acariciaban las sienes que  ya blanqueaban  los  años idos. 
Una tarde , Teresa aguardo  sin  apuro la carta  que  como todos los benditos viajes  del Santa Ines  viajaba  hacia sus manos y sus ilusiones.  No llego la carta ,   ni el Santa Ines. El barco que amarro  en  muelle  se llamaba  La Esperanza,  y  no traía  sacos de correo.  Ahora  vendrían por tierra. Este era el último viaje  a Caballas  de la Compañía de Maria. Ya  no era una ruta rentable.  Solo quedaría para  Caballas, las suerte que corrieran las barcazas  de pescadores.
Ya no vendrían  ni las cartas ,ni las tripulaciones con marineros  de  bolsillos  generosos y ansias  por calmar.   Teresa  comprendió  que ya  no tendría  razón para  conservar su esperanza y  dejo que el peso de sus recuerdos  apagaran un corazón que hacia  ya mucho tiempo latia por solo  una noche ya  pasada y nunca olvidada.
Nadie noto por la mañana ,  que en el umbral de la posada,  no  había  nadie solo  una ausencia.  

J.Z. 2018. Cuentos epistolares

martes, 15 de noviembre de 2016

Muerte a Tiempo

Que pareja!

La muerte y el tiempo,
cobijan pecados y olvidos
cometidos o callados
confesados u obcecados.

Sin prisa ni urgencias
licuan penas y culpas;
el manto de lo transcurrido
cubre de paz y desmemoria

Cuando se vuelve la vista atrás,
De nuestro rastro rescatamos
solo buenas intenciones,
o acaso buenas voluntades.

Nada hay más concupiscente
Que el abrazo del tiempo
 y la parca.
Tanto se abrazan que paren,
solo sonrisas y buenos
recuerdos.

Los llantos y desgarros.
Odios , rencores y temores
(¿o eran terrores?)
Junto con la envidia y la
venganza, con las nubes
y las aves vuelan lejos
vuelan y no vuelven.

Podría uno rescatar  
Tales olvidos.
Trocar la desmemoria
en sangrantes cicatrices,
que duelen más de lo que
sangran.

Vale la pena?
Acaso la pena  vale…


J.J.Z Setiembre 2016

AMOR

¿Amor, que es, dónde está?
¿Dónde anida, donde nace?
¿Cuándo duele, cuando embriaga?
¿Como diferenciarlo del vértigo,
de la caída en el vacío, de un abrazo
o del vuelo que un beso provoque?

Hay preguntas que promueven con
ciencia.
Hay respuestas que ocultan verdades
y someten  la memoria a recuerdos,
que no se van ,ni se rinden;
mucho menos se olvidan.

Gestos breves que desnudan  corazones,
repletos de melodías y letanias.
Caricias en el aire que confunden
aromas con sabores.
Abrazos huérfanos de brazos y besos.
Todos ellos en manada, lo definen
Lo anuncian o lo confirman.

Amor es vida. Amor es Luz.
Amores que suenan
Amores que no se olvidan
Entrega sin previas condiciones
Las almas hablan en prosa
Enamoradas y mudas.



Y así el mundo gira, sonríe
Late, tiembla, crece, se reproduce.
El simple y mínimo gesto
de caminar los pasos del amado
Con sus huellas que son las propias.
Los dolores duelen en dos almas
En una vida que son dos.
la alegría es su rastro y su semilla.


JJZ- Setiembre 2016

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Volvera ?

Volverá ? 
Se preguntaba el hombre,
mirando hacia el infinito.
Rogaba o forzaba a la oscura noche,
que pariera sus pasos en su mañana.
Que impregnara el día de sus aromas
y que en sus ojos perdurara
la mirada eterna de aquella dama.
Pero los sueños, sueños son.
Abrazaba aire y besaba aromas
Su mirada en nadie y su memoria en nada.
Aquella dama solo imaginada,
deambulaba por los rincones de otra alma,
buscaba otro sueño para habitar.
Nunca volvió,  acaso estuvo?


J.J.Z. Setiembre  2016