Divinas vivencias recordadas.
Eternas secuelas impregnadas,
de amores y recuerdos.
Sutiles dolores olvidados.
Dantescos terrores desterrados.
Son algunas de las marcas.
Marcas de la vida,
que como estelas
de mares en la arena,
han dejado las vivencias en el alma.
Bellos trazos de azul y piedra,
océanos de promesas
navegados por los sueños,
estrellas de marfil
en mi recuerdo, mi delirio,
que renuevan cada instante
besos de espuma y viento.
J.Z.- Mayo 2010.-
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