lunes, 22 de febrero de 2016

NO TODOS LOS PANES SON TALES

Abro el cajón del pan y ¿qué me encuentro?: ¡otra vez la vecina!  Otra vez la vecina  me  ha llevado  el pan  solo me ha dejado  uno.  “ y bueno,  maldita   vieja,  lo  hace adrede,  y yo con tanto hambre”…
Busco  en el cajón de los cubiertos  un  cuchillo  para cortar en  rodajas el pan,  coloco  la madera  en  la mesada  y con  mi  mano libre  busco el pan  solitario que quedaba….más no lo encuentro ! Miro dentro del cajón y ahí está  el  pan  en un rincón del cajón.  Entonces dirijo mi mano  y  zaz!   Ocurre  de nuevo… mi  mano no puede  alcanzar el pan.  Miro bien  y  observo que el  pan...tiembla…..”mierda  que me pasa…..veo  visiones !” . Vuelvo  a  intentar  tomar el pan  y  no  lo puedo alcanzar el  muy  ladino,   se escabulle al otro lado  del cajón.  “pero que le pasa a este pan  ,carajo”  .  “ Los panes  no  se mueven solos” , trato  de  poner algo de cordura.  Pero el pan se niega  a ser  atrapado.  “ bueno si fuera pan, haría lo mismo”,  pienso  benevolente.   Por un instante,  creo que gritaré  pero me calmo.  “lo  único que falta,   que este pan de mierda,  se me escape”… Dejo el cuchillo en la mesada,  y  tomo  el cajón con mis dos manos  y lo vuelco  sobre el mármol.  El pan  queda  indefenso,   sobre  el  frio mármol  de la cocina.  Nos miramos  ( nos miramos?) ,  y  en una fracción de segundo  tomo el  cuchillo, pero el pan es más rápido  que yo  y  vuelve  a escabullirse.  De pronto  esta en el medio de  la cocina. Pretende escaparse?.   Desesperado, en dos saltos  alcanzo la puerta  y   la cierro de un golpe.  El pan en el  medio de la estancia,  y yo recostado contra la pared,  blandiendo mi cuchillo.  Medimos  nuestra fuerza,  y  me arrojo sobre él. El pan , se ve que bien horneado,  resiste  mi  ataque  y  se  crece un poco…” carajo , que levadura han usado con este pan”,  me pregunto  casi asustado.  Siento mi camisa empapada,  no estaba preparado  para  ganar  mi hogaza de  pan con tanto  trabajo.  Vuelvo  a  intentar   alcanzarlo, pero noto que se sigue creciendo.   Ya no podre cortarlo  con mi cuchillito,  claro está que necesitaré algo  mas grande.  Si casi esta de mi  altura ya…  Pero  primero  tendré que  cazarlo.  Hago una finta  y me arrojo sobre   el  esquivo  pan.

Rodamos  hasta que  juntos,  mi almohada  y yo damos contra  la cómoda   de mi abuela.  De viejo y  duro   roble  canadiense.  Abrazado  aun  a mi  almohada,  entre las penumbras de mi cuarto,  alcanzo  a  percibir,  el ronquido  profundo  de  mi amada.  Todo esta en orden ,  soñaba… Pero  me  despertó el apetito  esta  noche tan  pesadillesca.  Bajo las escaleras,  pisando  con placer  las  frescas cerámicas ,  hace  calor y estoy  empapado en sudor.   Entro a la cocina,  tomo un cuchillo  y  abro el cajón del pan…

J.J.Z-Abril 2015


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