lunes, 4 de febrero de 2019

UNA NOCHE capitulo II

Siguieron con la rutina , de  “cruzarse”  en  el  charter. Durante   varias semanas. Las charlas fueron  variando  de  temas  e intereses, se fueron descubriendo  y colonizando.
Una tarde, Marcos  le hizo  una pregunta  inesperada  o  quizás   era  mas esperada  que sorpresiva.
- Que pasa si  perdes  el charter  hoy….tenes donde  quedarte  a dormir ?
-Se preocuparían si no  llego,  pero…..si los llamo  y les aviso que perdi el charter, podría  decir que me quedo en lo  de Natalia,  una amiga del laburo. Afirmo Ana, bajando la mirada  con pudor, sabia  adonde  conducia  la pregunta  de  Marcos  y su respuesta.  Ambos   comenzaron a caminar  por la vereda,  en silencio  hacia ningún lado, solo caminaban.  Por varias cuadras  ,solo se sonrieron  entre timidos y complices.
El primero en  romper  ese estado  de  mutismo nervioso   e incomodo, fue Marcos.
-Quiero que pasemos juntos esta noche.
-Como harás con tu  familia  que excusa  pondrás.
-Les  dire  que  me  quedo a  dormir  en un hotel del centro , por que terminare muy tarde  el inventario,  les diré  que la empresa me paga el hotel para que mañana  pueda  empezar mas temprano y asi terminarlo para  el mediodía.
-Quiero  pasar esta noche con vos.
Asi  de  simple  fue  la propuesta y  la aceptación de la misma. Siguieron caminando  nerviosos por un par de cuadras  más. Súbitamente  como  si hubiera sido un movimiento acordado.  Dejaron de caminar.  Se miraron  y en unos 15segundos  ,ni respiraron. En el  segundo 16, Marcos la tomo por la cintura y sin ningún pudor  ni  temor, la beso  por un largo minuto  que parecio solo un segundo. Ella  devolvió el beso  con una pasión  que  ni ella sabía  donde  estaba  escondida. Jadearon,  temblaron estremecidos por  el beso y por  tomar conciencia  del cuerpo  del otro . Latian incandescentes   los dos cuerpos. Activados,  hiperestimulados. El beso se convirtió en un abrazo desesperado y una  agonia  de  placer  y  miedo.
          
 -Busquemos  un lugar…..mi  hermano  esta de vacaciones. Vuelve en 15 dias, me dejo la llave  para que le cuide  los  peces y una gata  vieja que  tiene en su depto.
- Dale , contesto  Ana,  atribulada,sonrojada  y sobre toda  absolutamente  excitada.
El departamento  estaba  a  solo unas pocas cuadras  de  donde  se encontraban.   Ni una palabra   se dijeron  durante esas cuadras, sabían que estaban por cruzar un umbral  de una experiencia  inolvidable. Que perduraría para siempre , en sus mentes, sin importar que caminos  finalmente  eligieran. 
- Pasá , ponete cómoda…ya vengo le dijo  Marcos  y desapareció por una puerta.
Ana se quedó sola, frente a un amplio ventanal de un piso 14.  Las luces de la ciudad  comenzaban a poblar  una  noche  incipiente que  forcejeaba  con las ultimas luces de una tarde  que se resistía  a  retirarse.  Se pudo ver reflejada en la ventana.  Aun su figura se reflejaba difusa por que las sombras todavía no eran totales. Esa imagen, la sumió en un estado semi hipnótico, de una poderosa sensación de libertad. Se miró y trato de imaginar la mirada de Marcos sobre ella. Desprendió los tres primeros botones de la camisa. Se saco la camisa de la pollera ¾   azul   del uniforme del trabajo que aun llevaba. Se soltó el pelo, percibió su  respiración  agitada  y su  tensión  en  el vientre…se percibió excitada.
Disfrutó la sensación. Marcos no volvía y comenzó a inquietarse, su necesidad instintiva, animal por el crecía.  Se quitó la sandalias y bajó el cierre de  la pollera. La dejo caer, deslizándose por sus piernas blancas y curvilíneas. camino solo un paso y la dejo hecha un bollo en el piso. Marcos seguía sin aparecer.  Ya su deseo la ahogaba. Se desprendió todos los botones. Y pensó que ese corpiño le daba un volumen muy provocativo a sus pechos. Sintió sus pezones entumecerse, podía sentir la tela suave de  su camisa  pese  al corpiño. Volvió a mirarse en la ventana, que ya le devolvía casi una imagen especular, la sombras de la noche habían ganado la batalla, ya era de noche. Se excitó un poco mas al verse así. Descalza, las piernas desnudas, la tanga blanca y la camisa desabrochada dejando ver su corpiño con broderie blanco y a medida que su excitación crecía, cada prenda le pesaba horrores. En un gesto automático se desprendió  el corpiño  y se quito la camisa y el corpiño,  se observo desnuda, vulnerable , le pareció  demasiado, nunca habían estado  desnudos. Tomo conciencia que se había dejado llevar por su deseo.  Se volvió a poner la camisa, y se abrocho dos botones.
¡Lo llamó…-Marcos!
Marcos apareció, con el torso desnudo, descalzo y con dos copas y una botella de vino.
-          Pensé que no me ibas a llamar más.  Te vi absorta en la ventana, estas tan linda que no quise hacer ruido me quedé mirándote. Porque te volviste a poner la camisa?, estas divina desnuda, tus pechos son…perfectos.
Y dio dos pasos hacia ella. La tensión se sentía en el aire. Se deseaban casi con desesperación, pero ambos demoraban el dejarse ir, el abandonarse al deseo , como conscientes que cada segundo postergado  haría   mucho mas placentero el primer contacto.
Ella  dió dos pasos también y quedaron a  solo unos  centímetros,  se miraron a los ojos, sonrieron y los últimos vestigios de pudor y auto control se esfumaron  con un roce de cuerpos , de piel y besos , de  suspiros y  gemidos  mudos.  La camisa de Ana se resistió a abandonarla se enganchó un ojal en la cadena que colgaba de su cuello. El pantalón de Marcos se enredó en un pie y trastabillando   la abrazó y cayeron riendo en el sillón. Siguieron besos   de todo tipo. Desde dulces, de una ternura infinita, rozándose los labios a voluptuosos besos   llenos de saliva  y lenguas  enredadas. Solo detenían los besos para respirar y a veces no tanto. Se desnudaron como pudieron, el a ella, ella a él. En el sillón, desnudos. Se nombraron de mil maneras distintas. El con una erección poderosa, la penetro, suave en un primer instante. Al siguiente, empujó con desconsiderada   fuerza, ella gimió de placer y el supo que  así  le gustaba a ella. No se detuvo. Alcanzo a escuchar un…” más, dame más,” que lo convirtió en un animal salvaje, comenzó a gruñir y gemir mientras repetía desesperadamente el movimiento  con un ritmo desenfrenado. Podía sentir entre tanta locura, su tibieza, su humedad  y su  cuerpo  que se  ceñía  en él,  “Así,Así ,, repitió  casi  guturalmente…..al compas de los cuerpos  que describían una melodía  inconfundible. El cuarto se lleno de aroma  a  cuerpos sudados ,  y a sexo…. Casi al unisono, gritaron, gimieron casi lloraron. Casi en el mismo instante los dos se abandonaron a un abrazo agitado y sudoroso, abundante en sonrisas cómplices y admiradas de lo que acababa  de pasar. “Quedate en mi”, le rogó ella y el obedeció sintiendo ese momento y el éxtasis lo inundó. Se quedo asi hasta dormirse entre sus brazos. Ella  se quedo velando  ese  rato en el que  se durmió en sus brazos sintiendo  contracciones de placer  y  sin pensar en nada. Solo  disfrutando de ese instante.
A  la mitad de la noche.  Marcos  se despertó,  en los brazos  de  Ana dormida. Casi con la agilidad de  un gato, se desprendio de su abrazo, la alzó  y la llevó a la cama. La depositó con  sumo cuidado para que no se despierte y se  acostó a su lado. No volvieron  a  hacer el amor esa noche. Por la mañana, mientras el tomaba un baño ella  preparó el desayuno para dos. Tomaron  el desayuno casi en siencio, la incomodidad  del dia después se  abatia sobre los amantes.  Se dieron un beso en la vereda  y cada uno volvió  a su trabajo.  Esa tarde  Marcos  la espero en la parada del charter, pero Ana no  tomo esa tarde  el transporte.
Marcos, esa noche volvió a su casa con otra cara. Sus ojos guardaban otro brillo y ella lo supo en el primer instante.  Nada dijo, nada, pero todo supo en ese instante. Al cabo de unos meses, Marcos le dijo casi sin mirarla. ME VOY. Ella supo que ya se había ido hacía ya mucho tiempo, solo era un formulismo, era solo certificar la partida con un grito o un golpe. Y solo pudo llorar. Sin decir nada, ni siquiera pudo gritarle que ya sabía, que era solo cuestión de tiempo simplemente lo dejo ir…
Por muchas semanas, Marcos espero a Ana, en la parada del charter sin éxito.  Después de un tiempo comprendió que quizás había sido una noche mágica que no tendría segunda versión.  Y finalmente una tarde ya no la busco mas con la mirada, ni espero verla llegar apurada a la parada. Nunca supo nada de ella.hasta que un amigo común  del barrio le comentó  que Ana había  terminado una relación  que tenía y se había mudado  a Rosario a la casa de unos parientes. Que vivían a pocas cuadras del monumento a la bandera. En la calle Mendoza.
Una tarde de sábado, pocos días después de enterarse del cambio de hogar de Ana, lo encontró  en la terminal de Retiro tomando un bus a Rosario…
   J.J.Z  2018-2019

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