Muerte yo te temo, más no me paralizas
Yo te desprecio, pero no te aborrezco.
Es tu presencia, la que da vuelo,
entroniza a la bienamada y mal aprovechada vida
existencia vital, trascendente hálito
Es cierto, me aterroriza, no lo dudes,
la afirmación o la certeza,
de mi vida mal conquistada.
Los temblores se suceden,
como truenos y centellas,
en un mala noche con tormenta.
Gracias a tu certeza, es que valoro
como un preciado tesoro.
A la vida, tan efímera como un suspiro..
Tan incipiente en sus proyectos.
Como nuevos son mis desvelos.
Es debido a que te insinúas
con tétrico desparpajo.
Que reconocemos en cada paso,
nuestro derrotero hacia tu encuentro.
Más cuando ello ocurra, inevitable.
Que mi mochila, esté vacía de sueños
y proyectos inconclusos.
Muerte, yo te acepto y te agradezco.
Se que cuando te presentes,
sin que te demande o te reclame.
Traerás contigo mil respuestas,
algunas certezas e infinitos reencuentros.
Espero sepas disculpar, si a tal encuentro,
Llego tarde, sin apuro, sin horario
Será así por que es seguro,
que algún beso habré debido regalar
quizás un postrero abrazo prodigar
Pero lo que sin duda me hará tardar
Son los proyectos por confirmar.
Los afectos por florecer.
La mujer por conquistar.
Los hijos, por consolar o acaso guiar.
Así que entonces, para terminar…
Si a tal encuentro, no acudiese
en tiempo y con puntualidad.
Empieza sin mi la fiesta, no me busques.
Que ya me podrás encontrar,
cuando amor yo ya no tenga.
JZ.-2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario